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ESCUELAS DE LA PSICOLOGIA
Estructuralismo
Las ideas de Wilhelm Wundt, el psicólogo alemán que abrió el primer laboratorio experimental de psicología en 1879, sentaron la base de la primera escuela de pensamiento en psicología, conocida como estructuralismo. En realidad, fue uno de los estudiantes de Wundt, Titchener, quien estableció formalmente esta escuela. El estructuralismo, tal y como sugiere el nombre, se centraba en investigar la estructura de la mente.
Wundt creía que la psicología debería centrarse en dividir la conciencia en sus elementos básicos, de la misma forma en que un niño descompone un juguete para revelar las partes que lo componen.
La idea de determinar la estructura específica de algo tan abstracto y dinámico como la mente puede parecer absurdo para muchos hoy en día. Sin embargo, los estructuralistas estaban seguros de que no sólo podían llevar a cabo este objetivo, sino que también podían hacerlo de forma científica.
Wundt avanzó con la técnica de introspección como una herramienta “científica” que permitiría a los investigadores revelar la estructura de la mente. La introspección implica mirar en nuestro interior: analizar y tratar de dar sentido a nuestras experiencias internas propias tal y como van ocurriendo.
Al emplear esta técnica, se presentaban a sujetos entrenados varias formas de estímulos y se les pedía que describieran de forma tan clara y “objetiva” como les fuera posible lo que experimentaban en ese momento.
Los informes se examinaban más tarde para determinar los elementos básicos de la conciencia. Por ejemplo, si se te presenta un trozo de tarta, no sería suficiente simplemente identificar el tipo de comida que hay delante de ti. También sería necesario explicar los elementos básicos de la tarta que sean identificables mediante los sentidos.
Por ejemplo, podrían describirse el sabor, olor, textura, color y forma de la tarta con tantos detalles como sea posible.
El estructuralismo tuvo un papel muy importante a la hora de dar forma al ámbito de la psicología durante los años en los que se estuvo desarrollando. Wundt y sus seguidores ayudaron a establecer la psicología como una ciencia experimental independiente y su énfasis en el método científico de investigación sigue siendo un aspecto clave de la disciplina hoy en día.
Sin embargo, los estructuralistas no pudieron escapar de las críticas sobre sus teorías. A pesar de sus nobles intentos de realizar investigaciones científicas, la introspección no era ideal para este fin, ya que no hay dos personas que perciban lo mismo de la misma forma exacta. Los informes de los sujetos, de esta forma, tendían a ser subjetivos y conflictivos.
Algunas de las críticas más agresivas sobre el estructuralismo vinieron de William James, uno de los psicólogos que propusieron la perspectiva funcionalista de la psicología.
Funcionalismo
Desde el punto de vista del académico americano William James, los estructuralistas estaban profundamente equivocados. La mente es flexible, no estable; la conciencia es continua, no estática. Los intentos de estudiar la estructura de la mente, de esta forma, son inútiles y frustantes.
Según William James, era más útil estudiar la función que estudiar la estructura de la mente. La función, en este sentido, puede significar dos cosas: cómo funciona la mente o cómo los procesos mentales promueven la adaptación.
Claramente influido por Charles Darwin y el principio de la selección natural, James creía que los procesos mentales tenían funciones vitales que nos permitían adaptarnos y sobrevivir en un mundo cambiante.
Por tanto, mientras los estructuralistas preguntaban “qué ocurre” cuando desarrollamos actividades mentales, los funcionalistas cuestionaban más el modo en que estos procesos ocurren y el por qué.
El funcionalismo contribuyó muchísimo al desarrollo de la psicología. Extendió el tema de la psicología y la variedad de métodos utilizados para conseguir datos. Por ejemplo, el énfasis que ponían los funcionalistas en la adaptación les hizo promover el estudio del aprendizaje, ya que se cree que mejora nuestra adaptabilidad y posibilidades de supervivencia.
Su interés del porqué de la ocurrencia de algunos procesos mentales también hizo que desarrollaran una extensa investigación sobre la motivación. Los funcionalistas también poseen el crédito de haber traído el estudio con animales, niños y conductas anormales dentro de la psicología, así como el énfasis en las diferencias individuales.
Además,mientras los estructuralistas establecieron la psicología como una ciencia pura, los funcionalistas ampliaron este enfoque limitado concentrándose también en las aplicaciones prácticas de la psicología en los problemas del mundo real.
En lo relacionado con métodos de investigación, los funcionalistas ampliaron el repertorio existente utilizando tests, cuestionarios y medidas fisiológicas, además de la introspección.
Sin embargo, los funcionalistas también tuvieron sus defectos. Como los estructuralistas, confiaban demasiado en la técnica de la introspección, con todas las desventajas previamente mencionadas, y fueron criticados por proveer una vaga definición del término “función”.
Ni el estructuralismo ni el funcionalismo permanecieron al frente de la psicología durante mucho tiempo. Ambos hicieron contribuciones significativas a la psicología, pero desatendieron una influencia muy importante en el pensamiento y la conducta humana: el inconsciente. Aquí es donde Sigmund Freud hizo su gran debut.
Psicoanálisis
terapia psicoanalítica
Al mencionar la palabra psicología, a casi todo el mundo se le viene a la cabeza Sigmund Freud. Como los estructuralistas y los funcionalistas anteriores a él, Freud estaba interesado en estudiar las conductas encubiertas pero, de forma contraria a sus predecesores, Freud no estaba satisfecho con sólo examinar el pensamiento consciente y comenzó a estudiar también el inconsciente.
Freud comparaba la psique humana con un iceberg: tan solo una pequeña parte es visible para otros; la mayoría está bajo la superficie. Freud también pensaba que muchos de los factores que influyen en nuestros pensamientos y acciones se encuentran fuera de la consciencia y operan completamente en nuestro inconsciente.
La psicología, por tanto, necesitaba estudiar estos impulsos y motivos inconscientes para llegar a una comprensión más completa del individuo.
No todos los psicólogos modernos apoyan la teoría psicoanalítica de Freud, pero ninguno puede negar el impacto que este hombre tuvo en la psicología.
Abrió nuevas fronteras en este ámbito y propuso una de las teorías más completas de la personalidad jamás escritas, completada con explicaciones sobre cómo funciona la mente inconsciente y cómo se desarrolla la personalidad en los primeros años de vida.
Muchos teóricos posteriores fueron influidos de forma directa o indirecta por Freud, ya que construyeron, modificaron o reaccionaron a sus puntos de vista, a veces controvertidos. El trabajo de Freud dio lugar al desarrollo de la primera forma de psicoterapia, que ha sido modificada y utilizada por un número incontable de terapeutas durante la historia de la psicología.
Todo esto, utilizando la analogía de Freud, es solo la “punta del iceberg” en cuanto a la importancia de sus contribuciones.
Ninguna otra escuela de psicología ha recibido tanta atención, admiración y críticas como la teoría psicoanalítica de Freud. Una de las críticas más populares cuestiona el hecho de que las teorías de Freud carecen de apoyo empírico, ya que sus conceptos no podían ser comprobados de forma científica.
Freud tampoco aportó información acerca de cómo las experiencias de después de la infancia contribuyen al desarrollo de la personalidad. Además, se centró principalmente en trastornos psicológicos en lugar de en conductas más positivas y adaptativas.
Conductismo
Caja de Skinner
A pesar de sus diferencias, el estructuralismo, el funcionalismo y el psicoanálisis tenían en común el énfasis en los procesos mentales: acontecimientos que no pueden ser percibidos a simple vista.
John B. Watson, el padre del conductismo, se opuso fuertemente a este planteamiento y comenzó una revolución en la psicología. Watson era un defensor del escrutinio científico pero, para él, las conductas encubiertas, incluyendo los procesos mentales, no podían ser estudiadas científicamente.
El énfasis, desde esta perspectiva, debía estar centrado únicamente en la conducta observable. Los conductistas creían que la conducta humana podía ser entendida examinando la relación entre los estímulos (eventos que ocurren en el entorno) y las respuestas (las conductas observables).
Los conductistas no vieron necesidad de utilizar técnicas subjetivas como la introspección para inferir procesos mentales. Lo que había sido una vez el estudio de la mente se había convertido en el estudio de la conducta observable.
B.F. Skinner, otro famoso conductista, apoyó la visión de Watson avanzando la idea de que la conducta humana podía ser explicada por el refuerzo y el castigo (factores observables, del entorno que nos rodea), sin necesidad de considerar siquiera los procesos mentales interiores.
Otros conductistas posteriores adoptaron un punto de vista más equilibrado, aceptando el estudio de las conductas tanto encubiertas como observables. Estos conductistas son conocidos como conductistas cognitivos.
La necesidad de Watson de una objetividad mayor ayudó a la psicología a convertirse en una ciencia en lugar de seguir siendo una rama de la filosofía. Muchas de las teorías del aprendizaje utilizadas por los psicólogos de hoy en día, nacieron de la escuela de pensamiento conductista y son frecuentemente utilizadas en modificación de conducta y en el tratamiento de algunos desórdenes mentales.
Sin embargo, el estricto punto de vista conductista de Watson no era superior al énfasis que ponían los estructuralistas y los funcionalistas en la vida mental. Sin duda, “muchos aspectos de la experiencia humana (pensamiento, motivación intrínseca, creatividad) están fuera de la definición conductista estricta de lo que es la psicología” (Walters, 2002, p.29).
Estos aspectos deben ser estudiados también para entender la mente del individuo de una forma más completa. Este fue uno de los argumentos clave de otra de las escuelas de pensamiento emergentes conocida como la psicología de la Gestalt.
La psicología de la Gestalt
La palabra “Gestalt” significa “forma, patrón o todo”. Los psicólogos de la Gestalt creían que la psicología debía estudiar la experiencia humana como un todo, no en términos de elementos separados como pretendían los estructuralistas.
Su eslogan, “el todo es más que la suma de las partes”, transmitía la idea de que el significado suele perderse cuando los eventos psicológicos son separados; solo cuando estas piezas se analizan de forma conjunta y el patrón completo es visible podemos encontrar un significado verdadero en nuestras experiencias.
Por ejemplo, imagina separar las palabras que estás leyendo en letras y colocarlas por la página como quieras. No serías capaz de discernir nada con significado. Solo cuando las letras están combinadas de forma apropiada para formar palabras y éstas están estructuradas en frases puedes extraer significado de ellas. El “todo” entonces se convierte en algo diferente, algo mayor que la suma de sus partes.
Los psicólogos de la Gestalt, como Max Wertheimer, investigaron de forma extensa varios aspectos de la cognición, incluyendo la percepción, la resolución de problemas y el pensamiento.
Adicionalmente, su insistencia en estudiar a los individuos y las experiencias como un todo aún se conserva en la psicología de hoy. Su trabajo también dio lugar a la emergencia de una forma de psicoterapia ampliamente practicada por los psicólogos modernos.
La psicología humanista
Con la emergencia de las escuelas de pensamiento mencionadas previamente, la psicología fue tomando forma gradualmente. Sin embargo, no todos estaban satisfechos con la manera en que las cosas estaban progresando.
Entre estas personas estaban los psicólogos humanistas, como Carl Rogers, que no se sentían cómodos con la visión tan determinista que tenían las dos fuerzas mayores de la psicología: el psicoanálisis y el conductismo.
El determinismo es la idea de que nuestras acciones están controladas por fuerzas que están fuera de nuestro control. Para los psicoanalistas, estas fuerzas son inconscientes; para los conductistas, existen en el ambiente que nos rodea.
Los psicólogos humanistas, como por ejemplo Abraham Maslow, ven a los humanos como agentes libres capaces de controlar sus propias vidas, tomando sus propias decisiones, estableciendo objetivos y trabajando para conseguirlos. El humanismo sostiene una visión positiva de la naturaleza humana, enfatizando que los humanos son inherentemente buenos.
Una forma única de terapia emergió también de esta escuela de pensamiento, con énfasis en la ayuda a las personas para que alcancen todo su potencial. Esto es una gran diferencia respecto al psicoanálisis, que solo se centraba en reducir las conductas desadaptativas.
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