EL AMOR SEGÚN FROM:
¿Es el amor un arte?
La mayoría de la gente cree en el amor como una sensación placentera; sin embargo, el autor considera el amor un arte que requiere conocimiento y esfuerzo.
La mayoría de la gente cae en el error de suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, y ello se debe a varios motivos: considerar que el problema del amor consiste en ser amado y no en amar, valorando aspectos como el éxito, ser poderoso, rico, ser atractivos, en definitiva, una mezcla de popularidad y sex-appeal; el hecho de creer que amar es fácil y lo difícil es encontrar a quien amar, la importancia del objeto frente a la de la función, la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad; la confusión entre la sensación inicial del "enamorarse" y el permanecer enamorado cuando la otra persona ya no es desconocida y se pierde el halo de misterio inicial.
El amor es un arte, y todo arte necesita un proceso de aprendizaje, tanto en lo teórico como en el aspecto práctico.
Hay un aspecto curioso que Fromm comenta en referencia a los errores que lleva a muchas personas suponer que no hay nada que aprender sobre el amor. Afirma que las relaciones amorosas humanas siguen el mismo esquema existente en el mercado de bienes y de trabajo, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. "Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir".
AMOR FRATERNAL
Entendamos por amor fraternal como el amor a todos los seres humanos, tal como Jesús decía a sus discípulos que amaran a su prójimo como a sí mismos. Así, el amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos por un fin egoísta.
AMOR MATERNAL
El amor materno no sólo contribuye a la conservación de la vida del niño y su crecimiento, sino también debe inculcar en el niño el amor a la vida. El amor madre-niño crea una dependencia de éste último necesaria, y a diferencia del amor erótico, donde dos seres separados se vuelven uno, en el amor materno dos seres que estaban unidos se separarán. En el momento de la separación el amor materno se hace más difícil, imposible si una madre no puede "amar a su esposo, a otros niños, a los extraños, a todos los seres humanos."
AMOR EROTICO
A diferencia del amor fraterno o el materno, el amor erótico es una unión con una única persona, exclusivo y no universal, siendo "la forma de amor más engañosa que existe". No hay que confundirlo con la experiencia de "enamorarse", situación limitada por el hecho de llegar a conocer a la otra persona tanto como a uno mismo, o mejor dicho, tan poco. Otros factores que muchas personas se confunden al considerarlos formas de salvar la separatidad son hablar de uno mismo, de las esperanzas, mostrar aspectos infantiles, establecer un interés común frente al mundo... También es erróneo confundir el deseo sexual con el amor, aunque el amor pueda inspirar el deseo de la unión sexual. El deseo sexual sin amor no conduce a la unión, salvo en sentido orgiástico transitorio.
Un aspecto importante a considerar es la ya comentada exclusividad del amor erótico. El amor erótico sólo excluye el amor a los demás como fusión erótica. Hemos visto el amor erótico como atracción individual y concreta entre dos personas, pero también podríamos hablar de un acto de voluntad y un compromiso, pues de ser sólo sentimiento no tendría sentido hablar del amor eterno, del matrimonio hasta que la muerte los separe. Aquí Fromm no distingue entre el matrimonio decidido por terceros y el de la elección individual, pues la voluntad será la que garantice la continuación del amor.
Amor a sí mismo
Si un individuo sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto; por el mismo motivo, si sólo se ama a sí mismo, nada sabemos sobre lo que es amar. El egoísta ni tan siquiera llega a amarse a sí mismo, sintiéndose vacío, infeliz, preocupado por arrancar a los demás las satisfacciones que él no puede/quiere conseguir.
AMOR A DIOS
El hombre surge de la naturaleza, de la madre, de una unidad original a la que se aferra por encontrar en ella seguridad. Existe un importante paralelismo entre el amor a los padres y el amor a Dios. El amor a Dios es inseparable del amor a los padres, su amor al hombre, en una relación determinada por la estructura de la sociedad en que vive; así, si la estructura social es la de sumisión a la autoridad, el concepto de Dios será infantil y alejado de un concepto maduro.
El amor y su desintegración en la sociedad occidental contemporánea
Si partimos de la premisa de que el amor es una capacidad del carácter maduro, observando la sociedad occidental es indudable que el amor es un fenómeno relativamente raro, dándose en realidad diferentes formas de pseudoamor o "desintegración del amor".
La estructura social, regida por el capitalismo, en un principio de supuesta libertad política y de mercado, necesita mano de obra obediente y eficiente, al mismo tiempo que consumidores impulsivos y poco críticos, personas que se sientan libres e independientes que encajen sin dificultades en el engranaje social. Esto ha producido en el hombre la enajenación de sí mismo y de lo que le rodea, en una situación de angustia e inseguridad que hace imposible superar una separatidad ante la que la sociedad ofrece muchos paliativos: rutinización del trabajo, el consumo, el ocio prefabricado.Se ha mantenido el error de pensar que el éxito del amor tan sólo radica en la satisfacción recíproca en el aspecto sexual, cuando en realidad el problema es el amor: está demostrado que los problemas sexuales más frecuentes no tienen su causa en el desconocimiento de la técnica adecuada sino en las inhibiciones que impiden amar. El temor o el odio al otro sexo es la raíz de la dificultad de entregarse por completo.
Fromm insiste en el error frecuente de pensar que el amor significa necesariamente la ausencia de conflicto, cuando en realidad los ‘conflictos’ de la mayoría de la gente son formas de evitar los "verdaderos conflictos reales", no siendo éstos últimos en absoluto destructivos.
El amor es un desafío constante, que parte desde el centro de nuestra existencia, en la experiencia de dos seres "que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos".
Si pensamos en el aspecto religioso, la vida diaria está separada de cualquier valor religioso fruto del mismo automatismo que nos impide amar a los demás o a nosotros mismos, donde el hombre moderno se ha transformado en un artículo más del engranaje mercantilista, preocupado por un éxito que llega a olvidarse del propio yo, de la propia existencia al margen de los sentimientos.
Hay una frase muy interesante que escribe Fromm: "El hombre contemporáneo es más bien como un niño de tres años, que llora llamando a su padre cuando lo necesita, o bien, se muestra completamente autosuficiente cuando puede jugar". Dios podría ser ese padre, o la madre que te ama sin condiciones, y el juego no es mas que nuestra aceptación y participación en un mundo donde prima el mercantilismo que nos hace creer que lo óptimo es participar en él aceptando las reglas del juego. Pero esto no anula el sentimiento de separatidad ampliamente descrito, más bien lo oculta, y esto provoca sentimientos contradictorios, angustias, fobias, inadaptación ante nosotros mismos y ante los demás
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